Todos quieren crear el próximo Uber o Facebook y ganar millones. ¡¡Qué pedazo de éxito!!
¿O quizás no tanto?
¿Qué hay que hacer para llegar ahí? ¿ Cuánto tiempo y esfuerzo te llevará?
¿Qué calidad de vida te queda si estás al mando de una empresa multimillonaria?
¿Realmente hace falta tanto para considerar que has tenido éxito?
¿Con un negocio millonario de verdad ganas tanto dinero?
Un montón de preguntas que a mí me vienen a la cabeza si pienso en negocios tan grandes, complejos, millonarios…
¿Qué pasaría si crearas algo más pequeño, con un ingreso de 5.000€ al mes por ejemplo, y no requiriese más de 20-30 horas a la semana?
¿Eso sería más o menos exitoso?
¿Cuánto de tu tiempo estás dispuesto a cambiar por dinero?
Yo en ese sentido lo tengo claro: prefiero obtener el mayor dinero posible con el menor tiempo a cambio.
De nada me sirve un montón de pasta teórica en una gran empresa o proyecto, si después estoy atado a una oficina de 7 de la mañana a 10 de la noche. Por mucho que te guste, tarde o temprano acabarás quemado.
Pero ¿qué tal ganar un poco más de lo que realmente necesitas para vivir y disfrutar, para invertir y prever tu futuro, pero teniendo tiempo suficiente para hacer lo que de verdad quieres hacer con tu vida?
Cuando pensamos en emprendimiento, solemos pensar en grandes proyectos y en ganar muchísimo dinero. Como aliciente o meta no está mal, pero por favor no te olvides del camino, no todo debe ser la meta, sino el proceso para llegar a ello. Disfrútalo. Experiméntalo. Sólo habrá una primera vez para tu camino. Podrás hacer otro, claro, pero este primero de ese nuevo proyecto solo lo harás una vez. Para mí es el mejor momento de cada proyecto.
Aspira a algo grande, pero sé realista y adapta tus metas a tu propia realidad. No seas pesimista, sueña un poco, no hace daño; pero si solo piensas en millones y no lo logras, te frustrarás.
Si te pones retos alcanzables y tras cumplirlos los vuelves a reajustar para el próximo tramo, verás que tu motivación crecerá de forma permanente junto a tu proyecto. No hay peor enemigo que la frustración, ya que puede acabar en depresión. Y eso no lo queremos, ¿verdad?
¿Tienes un proyecto en mente? ¿estás en el camino hacia tu meta? ¿disfrutas del camino? Si quieres, cuéntamelo, disfruto mucho con las historias y experiencias. Y por supuesto siempre puedo darte mi opinión al respecto a algo si me la pides 😉